EL PRINCIPIO DE RAZÓN SUFICIENTE Y EL MEJOR DE LOS MUNDOS COMO HERRAMIENTAS PARA LA COMPRENSIÓN DE LA REALIDAD

26.06.2012 15:48

 

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.                                                                          Facultad de filosofía: Dr. Samuel Ramos.                                                                                             Trabajo final de racionalismo.

Por Erik Aguilar Díaz

Cuarto semestre,  sección 01

 

El principio de razón suficiente y el mejor de los mundos como herramientas para la comprensión de la realidad.

          El principio de razón suficiente y el mejor de los mundos[1] son unos de los temas que me parecen indicados para poder apreciar y explicar de una manera diferente esta realidad, que, a mi parecer, cualquiera que no este familiarizado con la filosofía, y tenga, sin embargo algunas preguntas  relativas a su existencia, creo que estos dos temas le resolverán, si no enteramente sus dudas, si serán una guía para una reflexión o meditación propia.

          Dice Leibniz: todos nuestros razonamientos se fundan en dos principios, el de contradicción y el de razón suficiente, el primero se reconoce fácilmente por que encierra alguna especie de inconsistencia, algo que dentro de lo cuadrado no cuadra, algo que en si mismo es contradictorio, por lo cual juzgamos que es falso, y será verdadero en cambio  lo opuesto o contradictorio a lo falso. El segundo nos dice que todo cuanto hay o existe, existió y existirá, és, fue o será según algunas leyes que escapan a nuestra comprensión, es decir, si observamos un hecho y nos preguntamos por su naturaleza, podemos inferir una causa anterior al efecto que es la actualidad del hecho, pero si retrocedemos según una cadena causal, entenderemos que los limites de la razón humana no pueden extenderse sino  hasta cierto punto y si por obstinación pretendemos llegar aun más atrás, descubriremos que las cosas son necesariamente así y no de otra manera, pues lo que se puede inferir después, es que alguien más esta por encima de nuestras capacidades y esto es la monada divina o Dios. Ahora, algún desdichado al que se le ha muerto su perro, se preocupa por cuestiones lamentables o tristes, aludiendo a la pregunta: ¿Por qué a mi?, facialmente se les puede contestar ¿y por que no?, si como se había dicho, existe una razón suficiente que nos condiciona a que las cosas sean forzosamente de ese modo y no de otro y cuyas causas nos rebasan, entonces no tenemos mas remedio que atender a esa razón suficiente.

          Para comprender un poco más esta cuestión de razón suficiente, Leibniz deriva de éste principio las verdades de hecho y las verdades de razón. Las unas son contingentes y su opuesto es posible, las otras son necesarias y su opuesto es imposible.  Para nuestro conocimiento y para una reflexión sobre nuestra propia persona, estas dos verdades son complementarias, mas no opuestas, es decir, si regresamos a la pregunta del desdichado, podemos reconocer o que no entiende lo que le pasa, o si lo entiende, es inevitable que este en esa condición, pues haciendo un examen racional, se puede evidenciar que, según Leibniz, su perro estaba determinado a morir y no hay motivo para entristecerse pues una vez, entendiendo la naturaleza de ese hecho, no queda mas que aceptar que las cosas están sometidas a esa suerte de circunstancias, ahora la verdad de hecho es que efectivamente el perro se murió. Solo por mencionar este ejemplo, pues en definitiva, la filosofía leibniziana, en este sentido, surge como una propuesta para conciliar las tesis empiristas y racionalistas, pues unas sostenían que solo por medio de la experiencia la verdad es accesible y las otras le daban prioridad a la razón, es decir la razón es lo único que garantiza y da acceso a la verdad. Podemos concluir que como el hombre participa de estas dos verdades no queda otro camino que adecuarlas, pues son parte de su misma naturaleza.

          El mejor de los mundos, es a mi parecer en la filosofía leibniziana una consecuencia inevitable de la monadología, pues para explicar el hecho de las monadas y sus relaciones, era necesario construir un universo de naturaleza tal que Dios pudiera participar conjuntamente con las demás mónadas y que por lo demás esta muy bien fundamentado.

          El todo, es como una ecuación en cuyos lados de la igualdad debe haber un equilibrio, es decir, tanto las variables y las constantes que figuran de un lado y otro de la ecuación deben estar o mantener la relación de igualdad o equilibrio, a saber, las constantes se asemejan con las monadas que están desde siempre o desde el principio de la creación, son las mismas y se mantienen sin modificación y entre ellas no hay alteración[2], lo que si de algún modo altera el equilibrio constantemente cambiante son las percepciones y apercepciones de las monadas, de esto se encarga Dios, a saber, de elegir siempre la mejor combinación para igualar la ecuación de tal suerte que sea lo mejor para todos y por eso lo llama Leibniz el mejor de los mundos posibles, por que Dios no pudo elegir una combinación mejor. Sin embargo muchos critican esta posición leibniziana aludiendo a las guerras, los desastres, las muertes, en fin las desgracias y dicen que ¿Cómo es posible que dios halla elegido el mejor de los mundos, si este tipo de desgracias, que son evidentes, atentan contra su misma tesis?, la respuesta es simple, Leibniz dice que es el mejor de los mundos, mas no el perfecto. Pero ahora se le objetara acerca de la omnipotencia de Dios ¿Por qué con su omnipotencia no escoge el mundo perfecto en lugar del mejor? les diré que las piezas que están en el tablero para que Dios las acomode y las elija, y elija el movimiento siguiente, estas piezas mantienen una condición tal que les permite una interacción directa con Dios, y de este modo Dios mantiene una relación mas estrecha con su creación, no así sucede con las demás deidades, por ejemplo el Dios de Epicuro, el de Spinoza, y el de muchas religiones, que ni se conmueven ni nos ayudan, y son además independientes del mundo. Además de que serviría un mundo perfecto, no podríamos distinguir lo bueno de lo malo, lo bello de lo feo, lo mejor o lo peor, no habría puntos de referencia, no habría conocimiento, seria como una nada o un todo, algo sin sentido.

         Así, el desdichado al que se le ha muerto el perro, tendrá que entender que Dios eligió matar el perro para mantener equilibrada la ecuación.

          Creo que, atendiendo a “el mejor de los mundos” y “el principio de razón suficiente”, se puede entender de algún modo la intención de Leibniz, pues en un examen, al leer minuciosamente la Monadología, comprendemos que entre todo cuanto hay existe un equilibrio, ya las leyes de la física enuncian esto, en cuanto opiniones las verdades de hecho y las de razón siguen manteniendo el equilibrio, así las opiniones se pueden relativizar y entendiendo además este relativismo, y considerando la diversidad de opiniones se puede tener un conocimiento más completo de todo cuanto hay y todo lo que existe. 

 

 



[1] Leibniz, Godofredo G., Discurso de metafísica, Sistema de la naturaleza, Nuevo tratado sobre el entendimiento humano, Monadología, Principios sobre la naturaleza y la gracia, Tercera Edición, Ed. Porrúa, México 1991,  pp. 389 – 400.

[2] Leibniz llamara a esto Armonía preestablecida. Véase la monadología.